Una buena noticia es que la descarbonización industrial es posible y, una mejor, es que hay más de un camino para lograrlo.
Ahora vivimos tres momentos que están definiendo los caminos hacia la descarbonización industrial: necesidad, proporción y disponibilidad. Cada uno de estos momentos se merece en sí mismo un análisis, sin embargo, cómo convergen nos da la clave para atar cabos y poder observar el escenario completo en el que se gesta la descarbonización industrial.
Estos momentos responden a los motivos, la responsabilidad en las emisiones de gases efecto invernadero y la facilidad para realizar una transición energética en el sector. Sin embargo, estructurar el camino que se debe tomar, queda en manos del contexto definido por las políticas públicas, regulaciones y el acceso a beneficios y tecnología. Esto nos da como resultado un gran abanico de posibilidades, donde las empresas pueden tomar decisiones estratégicas, informadas y útiles.
A continuación, explicamos qué son estos tres momentos, sus desafíos y cómo crear ese escenario de la transición energética en el sector industrial donde la solar térmica juega un papel muy importante del camino. También explicamos brevemente el panorama de México, el país con más plantas de solar térmica para procesos industriales en el mundo.
Necesidad: nuevas esperanzas y nuevas reglas para la industria
¿Por qué debemos descarbonizar el sector industrial? En 2022, el sector industrial fue responsable de un cuarto de las emisiones globales de dióxido de carbono. No es por nada que, aunque lentamente, cada vez surgen desde diferentes frentes más presiones hacia la industria para alejarse de los combustibles fósiles.
Sin embargo, la motivación para sumarse a las metas de descarbonización puede provenir de factores inmediatos, que hacen de este proceso una necesidad:
1. Sus inversionistas: estos normalmente tienen metas climáticas o de descarbonización establecidas en sus ESG (criterios ambientales, sociales y de gobernanza, por sus siglas en inglés). Para cumplir con estas metas, presionan a las entidades donde están invirtiendo.
2. Las entidades públicas: que establecen regulaciones locales, regionales o internacionales, obligando en algunos casos al desglose de emisiones. Por ejemplo, las NDCs de cada país o regulaciones de la Unión Europea que contempla en sus metas la descarbonización del sector.
3. El mercado: la descarbonización de la industria también puede generar un impulso en ganancias o puede posicionar a las empresas en mercados donde no están, con el beneficio de mantenerse donde ya están.
Estos tres factores se retroalimentan y pueden guiar con fuerza las decisiones de la industria en su necesidad para descarbonizar sus procesos.
Proporción: #HeatIsHalf y el caso del pastel energético
En la carrera hacia la meta de emisiones cero, es urgente abordar los problemas desde el origen. Los datos vuelven una y otra vez para confirmarnos que buena parte de la transición energética debe gestarse desde la energía térmica.
Las razones son fáciles de visualizar cuando pensamos en el caso del pastel energético:
«La transición no está ocurriendo suficientemente rápido, la demanda de energía crece más rápido que la adopción de energías renovables. Hay inversiones y subsidios continuos para los combustibles fósiles que evitar que la energía renovable llegue», dice Rana en un podcast de The smarter E.
También mencionó que otro desafío es la concentración. Primero, de la tecnología que se sigue enfocando en desarrollar más: la fotovoltaica; y, segundo, geográfica, dejando de lado regiones como África, Asia -sin incluir a China, Medio Oriente y América Latina.
Disponibilidad: opciones para descarbonizar la industria
Proporcionalmente, el sector industrial tiene un impacto en el consumo final de la energía. De ese uso total de energía térmica (calor), el 53% es utilizada para procesos industriales, 44% en edificios para el agua caliente sanitaria y la calefacción, y el 3% para agricultura, según datos del 2023 de la Agencia Internacional de Energía (IEA). Es decir, proporcionalmente, una cuarta parte de todo el uso final de la energía está meramente en manos del sector industrial.
Específicamente, en el sector industrial, la IEA considera que las mejoras hacia la descarbonización han sido “modestas” y “muy lentas”, muchas de ellas debido al bajo desarrollo e implementación de nuevas tecnologías. En los escenarios de Emisiones Cero para 2050, se consideran cuya efectividad se ha comprobado pero que aún no están en disponibles en el mercado.
Y es precisamente aquí donde la comunicación juega un papel crucial. De acuerdo con el informe Solar Heat Worldwide de un grupo de trabajo de la Agencia Internacional de Energía, hay por lo menos 1,209 plantas que suministran calor solar para procesos industriales (SHIP por sus siglas en inglés, Solar Heat for Industrial Processes) a temperaturas bajas, medias y altas en varias partes del mundo.
Una encuesta que se realiza anualmente monitorea el desarrollo de este segmento de mercado. Los resultados de la encuesta de 2023 muestran que hay proveedores calificados con un récord considerable de sistemas instalados en tres continentes: Asia, Europa y América.
Existen varios tipos de tecnologías solares térmicas que se adecuan a las necesidades específicas de cada proceso industrial. La encuesta también indica que la mayoría de los proveedores son también fabricantes de los colectores solares o los ensamblan en sitio para ofrecer soluciones de calor limpio hechas a la medida de clientes en varios sectores industriales de todo el mundo.
El cordón que une a todos: las políticas públicas y el mercado
Si ya hemos observado el peso proporcional que tiene la energía térmica en el consumo de energía, ¿esto se ve en las políticas del mundo?
No, en el reporte más reciente de REN21 sobre el estatus global de las renovables en 2024, de los 182 países que tienen metas de energía renovable, sólo 43 tienen objetivos en relación con la energía térmica. Cumplir con esos objetivos será el resultado de una serie de lineamientos y políticas públicas que incentiven la inclusión de tecnologías renovables en la industria.
Las políticas públicas y el mercado son el contexto que moldean el escenario para que la industria logre su descarbonización. Y en la necesidad de alejarse de los fósiles, transformar el origen de la energía térmica, dada su proporción, es una decisión acertada. La estrategia yace en la capacidad de administrar la disponibilidad de tecnología bajo el contexto que el mercado y las políticas proveen.
Algunos ejemplos de políticas y regulaciones que pueden moldear las decisiones:
- El caso del CBAM en la Unión Europea, el “impuesto al carbono fronterizo” (Carbon Border Adjustment Mechanism): La UE aprobó un impuesto en el que el importador tendrá que declarar las emisiones vinculadas al proceso de producción y, si éstas superan la norma europea, tendrá que adquirir un «certificado de emisiones» con el precio de CO2 de la UE. Si existe un mercado del carbono en el país exportador, éste sólo pagará la diferencia.
El caso del nearshoring en México: En los últimos años en México, el avance del nearshoring se ha desacelerado debido a que el país no provee de suficiente energía de fuentes renovables. Algunas industrias no han podido instalarse en México porque no podían cumplir con el porcentaje de energía limpia establecido en sus metas.
Créditos fiscales en Estados Unidos: la ampliación de los créditos fiscales a las energías limpias que apoyan el desarrollo de energía solar y eólica incluye ahora un crédito adicional del 10% por la inclusión de materiales fabricados en Estados Unidos.
Aunque México ha tenido un papel importante en la discusión internacional de las normas para combatir el cambio climático, internamente, la industria se ha encontrado con diversos desafíos, desde la disponibilidad hasta la regulación. Sin embargo, los números demuestran que las acciones para descarbonizar los procesos industriales son posibles.
En su más reciente entrevista para Energía Hoy, Marisol resalta la versatilidad de las tecnologías para suministrar calor limpio en diferentes rangos de temperaturas (baja, media y alta), así como el alto contenido nacional al ser fabricadas en México e instaladas por proveedores mexicanos con décadas de experiencia. Además los sistemas operan durante 25 años con colectores solares de alta eficiencia (80%), almacenamiento térmico, tiempos cortos de retornos de inversión y productos financieros.
Recientemente, la presidenta electa del país, Claudia Sheinbaum, anunció su Plan Nacional de Energía en el que espera tener un modelo de 54% de participación estatal y 46% privada, enfocada en el desarrollo de renovables. Además, de destacar la importancia de infraestructura para la relocalización industrial en México.
Al nuevo contexto de políticas públicas para México, también se suma que la futura secretaria de Medio Ambiente, Alicia Bárcenas, priorizará el combate a las emisiones de gases efecto invernadero incentivando el uso de energías renovables.
La suma de estas acciones pueden ser un parteaguas para acelerar la descarbonización de la industria y dar un impulso a los proyectos de nearshoring que requieran cumplir con metas de sostenibilidad.
Artículo escrito por Laura Yaniz Estrada Consultora en Comunicación.